Es evidente la gran expectación que levanta el fútbol, y más aún cuando se trata de un evento como el de la actual Eurocopa 2012. Pero claro, no siempre llueve a gusto de todos y en este caso, ni el fútbol, ni la Euro 2012, ni la Roja, ni nada del estilo gusta a Begoña, está harta de todo esto. Ella lo que hace es, durante los partidos, mientras el salón es asediado por locos del fútbol como su padre, sus tíos, sus hermanos y alguno más que siempre se deja caer de improviso, ella se encierra en su habitación para olvidarse del mundo. Aprovecha ese rato para jugar con su dorado y reluciente consolador, entrando y saliendo de su húmedo coñito, mientras con la otra mano, acaricia su clítoris, como si le fuese a sacar brillo y dejarlo reluciente. Una cosa está clara, y es que las historias que se imagina Begoña y las alegrías que le da su conejito, siempre acababan bien, con los partidos... nunca se sabe.
La otra cara de la Eurocopa
Es evidente la gran expectación que levanta el fútbol, y más aún cuando se trata de un evento como el de la actual Eurocopa 2012. Pero claro, no siempre llueve a gusto de todos y en este caso, ni el fútbol, ni la Euro 2012, ni la Roja, ni nada del estilo gusta a Begoña, está harta de todo esto. Ella lo que hace es, durante los partidos, mientras el salón es asediado por locos del fútbol como su padre, sus tíos, sus hermanos y alguno más que siempre se deja caer de improviso, ella se encierra en su habitación para olvidarse del mundo. Aprovecha ese rato para jugar con su dorado y reluciente consolador, entrando y saliendo de su húmedo coñito, mientras con la otra mano, acaricia su clítoris, como si le fuese a sacar brillo y dejarlo reluciente. Una cosa está clara, y es que las historias que se imagina Begoña y las alegrías que le da su conejito, siempre acababan bien, con los partidos... nunca se sabe.